Internet va a cambiar para siempre en Europa
La Unión Europea está decidida a poner freno al monopolio de las grandes empresas tecnológicas estadounidenses que no dejan competir a otras empresas.
El 1 de noviembre entró en vigor la nueva Ley de Mercados Digitales o, también conocida, como DMA de la Unión Europea, que pretende provocar una revolución en Internet y cambiarlo para siempre. Esto significa poner fin a los monopolios y privilegios de grandes compañías como Apple, Google, Microsoft o Meta, y que los usuarios europeos puedan recuperar los derechos que estas grandes compañías les arrebataron hace tiempo.
Esta Ley pretende obligar a estas grandes empresas tecnológicas a que se puedan utilizar otras tiendas de terceros en iOS y Android, a parte de la App Store y Google Play. Por ejemplo, se obligará a que los usuarios de WhatsApp puedan enviar y recibir mensajes de usuarios de otras aplicaciones como Signal o Telegram. Otra novedad, es que se pueda desinstalar todas las aplicaciones del sistema de tu móvil.
De la misma manera, las empresas que venden aplicaciones y servicios en iOS 16, Android o Windows 11 van a poder usar los sistemas de pago que ellos quieran. También, existe la posibilidad que se pueda cobrar fuera de estas plataformas, sin que sean expulsados de ellas como hasta ahora.
En conclusión, los usuarios europeos van a poder ser más libres y van a tener más opciones a la hora de usar los dispositivos, ya que no van a estar obligados a tener que pasar por el aro de Apple, Google o Meta, como hasta ahora venía ocurriendo.
Así es la nueva ley de mercados digitales
La nueva Ley de Mercados Digitales primero identifica a los llamados guardianes de acceso, que son plataformas que tienen un impacto significativo en el mercado interior debido a su posición arraigada y duradera, y que sirven de pasarela para que los usuarios profesionales tengan acceso a sus usuarios finales. Es decir, puede concederles la capacidad de actuar como reguladores privados y funcionar como intermediarios entre las empresas y los usuarios finales.
Esta Ley tiene como objetivo evitar que los guardianes de acceso impongan condiciones injustas a las empresas y los usuarios finales y garantizar el carácter abierto de importantes servicios digitales. Entre las obligaciones que tienen impuestas están:
- Permitir a los usuarios finales desinstalar fácilmente aplicaciones preinstaladas o cambiar la configuración por defecto de los sistemas operativos y proporcionar pantallas de elección para los servicios esenciales.
- Permitir a los usuarios finales cancelar la suscripción a los servicios básicos de la plataforma con la misma facilidad de suscripción.
- Permitir la interoperabilidad de terceros son sus propios servicios.
- Permitir a los usuarios profesionales que promocionen sus ofertas y efectúen contratos con sus clientes fuera de la plataforma.
- Proporcionar a los usuarios profesionales acceso a los datos que generen al utilizar las plataformas.
Además, también tienen una serie de prohibiciones:
- Prohibición de utilizar los datos de los usuarios profesionales cuando los guardianes de acceso compitan con ellos en su propia plataforma.
- Prohibición de clasificar sus productos o servicios más favorablemente que los ofrecidos por terceros.
- Prohibición de exigir a los desarrolladores de aplicaciones que utilicen determinados servicios, como los sistemas de pago de los proveedores de acceso, para que aparezcan en sus tiendas de aplicaciones.
- Prohibición de rastrear a los usuarios finales fuera del servicio básico de plataforma con fines de publicidad personalizada, sin que se haya dado el consentimiento efectivo.
Para que una empresa entre en el ámbito de aplicación de la Ley de Mercados Digitales debe reunir tres condiciones acumulativas principales:
- Tener un tamaño que incida en el mercado interior: se considera cuando la empresa alcanza un volumen de negocios anual de la Unión Europea igual o superior a 7.500 millones de euros o tener una capitalización media de mercado de 75.000 millones de euros, y opera en al menos tres Estados miembros.
- Controlar una pasarela importante entre los usuarios profesionales y los consumidores finales: se considera a aquella plataforma que tenga como media más de 45 millones de usuarios finales activos y más de 10.000 usuarios profesionales activos.
- Ocupar una posición arraigada y duradera: se considera que es el caso si la empresa cumple los dos requisitos anteriores.
El reglamento impone una serie de obligaciones que tienen que cumplir las empresas para garantizar unos mercados digitales equitativos y abiertos, y, al mismo tiempo, no penalizar la innovación de empresas más pequeñas a través de prácticas desleales, como por ejemplo, favorecer sus propios servicios o impedir que los usuarios profesionales de sus servicios lleguen a los consumidores.
Para garantizar el cumplimiento de las nuevas normas, se prevé impartir sanciones en caso de incumplimiento de las obligaciones. Si no se cumplen las normas, la Comisión podrá imponer multas de hasta el 10% del volumen de negocios total anual de la empresa, o el 20% en caso de infracciones reiteradas, y multas periódicas de hasta el 5% del volumen de negocios total de la empresa.
Tras su entrada en vigor, se empezará a aplicar dentro de seis meses, el 2 de mayo de 2023. A continuación, en un plazo de dos meses, el 3 de julio de 2023, los guardianes de acceso tendrán que notificar a la Comisión Europea sus servicios básicos de plataforma. Una vez que la Comisión haya recibido la notificación completa, dispondrá de 45 días hábiles, es decir, el 6 de septiembre de 2023, para evaluar si la empresa cumple con los umbrales y para designarla como guardián de acceso. Y, por último, los guardianes de acceso tendrán seis meses para cumplir los requisitos, es decir, hasta el día 6 de marzo de 2024.
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